Tras la invasión napoleónica de Egipto, los primeros viajeros europeos comenzaron a excavar tumbas con el fin de vender sus tesoros a coleccionistas y museos. Los hallazgos de aquellos improvisados egiptólogos devolvieron a la luz los restos de una civilización que utilizaba un incomprensible sistema de escritura. El hallazgo de la piedra de Roseta, con un texto en caracteres jeroglíficos, demóticos y griegos, permitió descifrar la escritura egipcia hacia 1828. Entonces los antiguos egipcios nos hablaron por primera vez.