Jette Krogmann es una azafata alemana que viaja a Islandia para cumplir la última voluntad de su tía Rosalie, quien en 1949 emigró a la isla para huir de la posguerra y, aunque regresó a Alemania, siempre quiso que sus cenizas descansaran en Islandia. Para ello, Jette se toma unos días libres y se aloja en la posada de Freya. Con la ayuda de su hijo, el guía Andri, Jette buscará el lugar idóneo para esparcir las cenizas de su tía.